El metabisulfito de sodio pertenece a la familia de los sulfitos. Protegen los alimentos del deterioro inactivando o inhibiendo el crecimiento de bacterias o mohos. También son antioxidantes y estabilizadores del color. Las exposiciones calculadas a los sulfitos exceden la Ingesta Diaria Aceptable (IDA) para todos los grupos de población. Además, se han reportado manifestaciones de tipo alérgico: placas de la piel, síntomas respiratorios, dermatitis, urticaria, etc. Los asmáticos y las personas alérgicas a la aspirina deben evitar especialmente los sulfitos. El etiquetado de la declaración que contiene sulfitos es obligatorio cuando su concentración (expresada como SO32-) supera los 10 mg/kg o /litro del producto terminado. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (Efsa) recomienda que se etiquete el contenido exacto de sulfitos de los productos.
Frutas y hortalizas (especialmente las secas), vino, bebidas espirituosas, condimentos, cerveza, ciertas galletas de aperitivo, sidra, frutas confitadas, mariscos, crustáceos, etc..