Si se tienen en cuenta todas las fuentes de nitrato en la dieta (aditivos, presencia natural en los alimentos, contaminantes ambientales), es probable que las personas de todos los grupos de edad con una exposición media a alta superen el nivel seguro. El nitrato puede convertirse en nitrito en la saliva. Sin embargo, durante la digestión, los iones de nitrito reaccionan con los aminoácidos de las proteínas para formar nitrosaminas. Cuatro de estas sustancias están clasificadas como probables carcinógenos (con, en particular, un presunto aumento del riesgo de cáncer de colon). Por lo tanto, su uso intencional está fuertemente restringido. Los iones de nitrito también pueden reaccionar con el hierro para formar hierro nitrosilado, que también promueve el cáncer de colon. Sin embargo, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (Efsa) afirma que se supone que los niveles de uso permitidos son suficientemente protectores. Un alto consumo de nitritos también aumenta la metahemoglobinemia, y se requiere vigilancia, especialmente en los niños que consumen mucho hierro.
Queso, carnes procesadas no tratadas por calor, otros embutidos locales tradicionales (tocino, filete de tocino, tocino wiltshire, jamón, rohschincken, etc.).